Partido de Octavos de Final, Mundial Sub-20 en Cali, Colombia. Portugal enfrenta a Guatemala. Un periodista portugues, David Novo del diario Record me dice: "Si este partido se juega en Lisboa, van 2 mil personas. Hoy en el Pascual Guerrero hay mas de 32 mil almas. A esta altura del juego aún no he recibido el dato exacto de asistencia. Pero de verdad que la gente de Cali se pasó en este mundial. No ha habido fecha en que el escenario muestre una cara diferente: Estadio lleno. Y eso que la sede de Cali siempre tuvo como competencia los juegos de la selección Colombia, sin embargo la gente es consciente. Es un mundial y hay que ir al estadio, pero hoy extrañamos algo.
En las tres primeras fechas tuvimos la compañía de las Vuvuzelas: Ruidosas, festivas, un poco molestas si, pero parte de la fiesta. En este juego de Octavos las extrañamos: Ganaron las quejas de unos pocos que no soportaron la estridencia festiva de la Vuvuzela: Lástima.
La percepción de la gente dentro y fuera del estadio es de exito total. Los caleños están felices, se tomaron la fiesta mundialista y ahora disfrutan de un estadio maravilloso. De talla mundial, creo que en suramerica hoy en día no hay un estadio tan bello, funcional y espectacular como el Pascual Guerrero.
Estuve en Suráfrica y honestamente la organización de los africanos fue deficiente en algunos aspectos, hoy con total claridad y despues de cuatro fechas, puedo decir que este mundial no tiene lunares en su organización, la misma ciudad parece latir al ritmo de la competencia. El nuevo latir de Cali se expresa en cada esquina. El mundial esta presente. Eso si, extrañamos las Vuvuzelas.
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