Lo que mas recuerdo de Sócrates era su elegancia para cobrar penales: Frialdad total, se paraba a metro y medio de la pelota tomaba un pequeño impulso, ponía su pie izquierdo como apoyo y como una palanca, dejaba suspendido su pie derecho con el que acariciaba la pelota y la enviaba siempre al ángulo; Un maestro.
Como olvidar aquella tarde del 5 de julio de 1982 en Sarriá, mundial en España. Sócrates recibió la pelota en un saque de banda de Leandro, la transportó desde su terreno y cruzó la mitad de la cancha, levantó la cabeza y observó que Zico esperaba el pase. Se la entregó al pie. Zico pisó la redonda, dejó atrás su marca y observó que Socrates picaba rumbo al área italiana y con un puntazo elegante, se la filtró al Doctor que ganó en velocidad ingresó al área rival y definió al primer palo de Dino Zoff, minuto 12 del primer tiempo y Brasil empataba el partido. Como olvidar aquella tarde en Sarriá, como olvidar aquellos goles, como olvidar aquel Brasil que parecía un ballet del fútbol: Zico, Junior, Leandro, Toninho Cerezo, Eder, Serginho, Falcao y claro, el capitán Socrates. Ese día Brasil cayó ante el orden y la aplicación italiana. Ese día Brasil cayó ante Paolo Rossi. El cañonero italiano apuñaleó 3 veces el corazón brasileño y se enrutaría para lo que fue en su momento su tricampeonato mundial.
El domingo pasado Sócrates dejó este mundo, se fue a vivir a la eternidad de los recuerdos de quienes amamos el fútbol, se fue como lo soñó: Un domingo y con su Corinthians del alma campeón
Socrates fue un diferente del fútbol y de la vida, no solo por su maestría en la cancha sino por su formación. Estudió y se graduó en la Facultad de Medicina de Ribeirao Preto y lo hizo mientras daba sus primero pasos en el futbol con el Botafogo Futebol Clube del estado de Sao Paulo.
Estos estudios le dieron una sólida formación intelectual que lo convirtió en un contestario. Ayudó en la fundación de un movimiento político llamado la Democracia Corintiana, que pedía por la restitución de la democracia en Brasil. Democracia perdida desde 1964 y solo restituída en 1985 con la elección del presidente Tancredo Neves, fue tanto su compromiso social, que al no encontrar eco en sus palabras se marchó de su país decepcionado a jugar en la Fiorentina de la serie A.
El Corinthians fue su casa por muchos años, campeón paulista e ídolo incondicional de la gaviota da fiel. Corinthians se convirtió en pentacampeón del Brasileirao en la temporada de 2011, ese domingo, el Timao empató con el Palmeiras 0-0. Ese domingo un hombre, un artista, un futbolista se marchó para siempre. En el cielo San Paulino quedó colgada una fotografía de este héroe. Desde Pacaembú sus admiradores la enviaron amarrada a globos blancos y negros que adornaban dos palabras: Forza Copanheiro!!!
Descanse en paz Doctor, gracias por los goles, por el fútbol y por las palabras
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