SOWETO
South Western Townships
El Comienzo del fin del Apartheid
Recuerdo a finales de los ochenta y comienzos de los noventa cuando veía los noticieros en mi casa materna, siempre que había una noticia de Suráfrica mostraban disturbios en los que veía miles de hombres y mujeres negros, enfrentándose a la policía. Vagamente conocía la palabra Apartheid y entendía que era una cuestión racial, en la que una minoría –los blancos- segregaban a los negros. Pero nunca se me ocurrió preguntar ni ir más allá. Por aquellos años, cuando mi padre leía el periódico, yo le pedía que me prestara los deportes que era lo único que me importaba en la vida. Así que Suráfrica o el Apartheid me tenían sin cuidado. Estaban demasiado lejos de mis alcances.
Pero los años han pasado y la vida me ha enseñado a valorar la historia y el saber comprender el porqué de las cosas. Y estando en Johannesburgo, aquí en suelo africano, no podía dejar pasar la oportunidad de investigar un poco más sobre el asunto.
Soweto es una concentración de la población de la ciudad, ubicada al sureste del centro. Como un barrio, o como una ciudad dentro de la ciudad. Allí en esa zona viven unos 3 millones de personas que se confunden entre la miseria absoluta y la riqueza sin límite.
Bueno, ahora es así, pero en el año de 1948 cuando se legisla y se aprueba -en la ciudad de Bloemfontein- el comienzo del Apartheid. Soweto era simplemente un suburbio más de Johannesburgo, con mucho terreno que utilizar y con un altísimo porcentaje de población de raza negra.
H F Verwoerd, a quien se considera el arquitecto del Apartheid, dijo en su momento: “Cuando tenga control sobre la educación de los nativos (negros). La reformaré de tal manera, que los negros sepan desde su niñez que la igualdad con los europeos (blancos) no es para ellos”. Y así lo hicieron.
A partir de 1948 cuando de aprobó esta ley, por el partido nacional. A la población negra se la comenzó a segregar: Primero los obligaron a utilizar pasaportes, para poder ingresar a ciertos sectores de la ciudad. Se les negó la utilización de los parques, las playas, el transporte, los escenarios deportivos. Se implementó, además, un sistema de impuestos, totalmente desnivelados y solo favorables a la minoría blanca. Los trabajadores negros laboraban jornadas de 16 o más horas y debían pagar un porcentaje altísimo a sus opresores, o simplemente no se les pagaba. Los obligaron a abandonar sus viviendas originales y fueron trasladados al suroeste de Johannesburgo. Y así poco a poco, fueron creando ese Guetto conocido como Soweto.
Finalmente en 1974 implementaron lo que llamaron “Bantu Education”, esto no era otra cosa que la obligación de recibir en el idioma Afrikaans -una especia de holandés antiguo- las asignaturas más importantes: Matemáticas, Historia, Geografía, etc. La justificación era absurda: Igualdad. Aunque no estudiaran en las mismas escuelas, el Afrikaans hablado por la minoría blanca y el Inglés, hablado por los nativos negros, debía ser enseñado 50-50.
Soweto se convirtió en el corazón de un país oprimido por los Afrikaneers (blancos). Y la implementación del “Bantu Education", fue la gota que rebosó la copa. Fueron los estudiantes quienes reaccionaron: Corría el año de 1976 y diferentes situaciones de protesta se venían presentando en las distintas escuelas de este nicho de población. Todas rechazando el Afrikaans como herramienta de aprendizaje. Se comenzaron a organizar y prepararon una gran marcha para el 16 de Junio de 1976.
Héctor Pieterson, tenia 13 años, era un niño todavía pero ya tenía consciencia absoluta de lo que sucedía con él y los demás. Ese 16 de Junio, salió con su hermana dispuesto a marchar junto a más de 10 mil jóvenes que querían hacer sentir su voz de protesta. Algunas acciones teñidas de violencia ya se habían registrado por cuenta de las protestas estudiantiles.
La turba de estudiantes empezó a marchar de manera pacífica hasta que fue confrontada por la policía surafricana. ¿Quién tiró la primera piedra? O ¿Quién disparó primero? Eso nadie nunca lo podrá aclarar. Lo cierto es que Héctor corrió, pero en la esquina de Vilakazi y Khumalo cayó a los pies de su hermana que corría junto a él. “Mi hermano nunca tuvo mucho glamour en su vida, no entiendo porqué tanto glamour con su muerte”.
Como Héctor muchos otros cayeron… En Soweto hoy en día la riqueza es habitual de cada esquina. La miseria no se ha ido. ¿Igualdad? No. Ese no es un concepto que la democracia maneje. Los negros lucharon por tener los mismos derechos que los blancos y lo han logrado. Los blancos se sienten tan africanos y tan orgullosos de serlo como los negros. Las heridas aún no están cerradas del todo, pero a medida que el tiempo avanza el murmullo de los espíritus, le da paso a las nuevas oportunidades que algunos deciden aprovechar y otros no.
Sígueme en twitter: @futblanc
South Western Townships
El Comienzo del fin del Apartheid
Recuerdo a finales de los ochenta y comienzos de los noventa cuando veía los noticieros en mi casa materna, siempre que había una noticia de Suráfrica mostraban disturbios en los que veía miles de hombres y mujeres negros, enfrentándose a la policía. Vagamente conocía la palabra Apartheid y entendía que era una cuestión racial, en la que una minoría –los blancos- segregaban a los negros. Pero nunca se me ocurrió preguntar ni ir más allá. Por aquellos años, cuando mi padre leía el periódico, yo le pedía que me prestara los deportes que era lo único que me importaba en la vida. Así que Suráfrica o el Apartheid me tenían sin cuidado. Estaban demasiado lejos de mis alcances.
Pero los años han pasado y la vida me ha enseñado a valorar la historia y el saber comprender el porqué de las cosas. Y estando en Johannesburgo, aquí en suelo africano, no podía dejar pasar la oportunidad de investigar un poco más sobre el asunto.
Soweto es una concentración de la población de la ciudad, ubicada al sureste del centro. Como un barrio, o como una ciudad dentro de la ciudad. Allí en esa zona viven unos 3 millones de personas que se confunden entre la miseria absoluta y la riqueza sin límite.
Bueno, ahora es así, pero en el año de 1948 cuando se legisla y se aprueba -en la ciudad de Bloemfontein- el comienzo del Apartheid. Soweto era simplemente un suburbio más de Johannesburgo, con mucho terreno que utilizar y con un altísimo porcentaje de población de raza negra.
H F Verwoerd, a quien se considera el arquitecto del Apartheid, dijo en su momento: “Cuando tenga control sobre la educación de los nativos (negros). La reformaré de tal manera, que los negros sepan desde su niñez que la igualdad con los europeos (blancos) no es para ellos”. Y así lo hicieron.
A partir de 1948 cuando de aprobó esta ley, por el partido nacional. A la población negra se la comenzó a segregar: Primero los obligaron a utilizar pasaportes, para poder ingresar a ciertos sectores de la ciudad. Se les negó la utilización de los parques, las playas, el transporte, los escenarios deportivos. Se implementó, además, un sistema de impuestos, totalmente desnivelados y solo favorables a la minoría blanca. Los trabajadores negros laboraban jornadas de 16 o más horas y debían pagar un porcentaje altísimo a sus opresores, o simplemente no se les pagaba. Los obligaron a abandonar sus viviendas originales y fueron trasladados al suroeste de Johannesburgo. Y así poco a poco, fueron creando ese Guetto conocido como Soweto.
Finalmente en 1974 implementaron lo que llamaron “Bantu Education”, esto no era otra cosa que la obligación de recibir en el idioma Afrikaans -una especia de holandés antiguo- las asignaturas más importantes: Matemáticas, Historia, Geografía, etc. La justificación era absurda: Igualdad. Aunque no estudiaran en las mismas escuelas, el Afrikaans hablado por la minoría blanca y el Inglés, hablado por los nativos negros, debía ser enseñado 50-50.
Soweto se convirtió en el corazón de un país oprimido por los Afrikaneers (blancos). Y la implementación del “Bantu Education", fue la gota que rebosó la copa. Fueron los estudiantes quienes reaccionaron: Corría el año de 1976 y diferentes situaciones de protesta se venían presentando en las distintas escuelas de este nicho de población. Todas rechazando el Afrikaans como herramienta de aprendizaje. Se comenzaron a organizar y prepararon una gran marcha para el 16 de Junio de 1976.
Héctor Pieterson, tenia 13 años, era un niño todavía pero ya tenía consciencia absoluta de lo que sucedía con él y los demás. Ese 16 de Junio, salió con su hermana dispuesto a marchar junto a más de 10 mil jóvenes que querían hacer sentir su voz de protesta. Algunas acciones teñidas de violencia ya se habían registrado por cuenta de las protestas estudiantiles.
La turba de estudiantes empezó a marchar de manera pacífica hasta que fue confrontada por la policía surafricana. ¿Quién tiró la primera piedra? O ¿Quién disparó primero? Eso nadie nunca lo podrá aclarar. Lo cierto es que Héctor corrió, pero en la esquina de Vilakazi y Khumalo cayó a los pies de su hermana que corría junto a él. “Mi hermano nunca tuvo mucho glamour en su vida, no entiendo porqué tanto glamour con su muerte”.
Como Héctor muchos otros cayeron… En Soweto hoy en día la riqueza es habitual de cada esquina. La miseria no se ha ido. ¿Igualdad? No. Ese no es un concepto que la democracia maneje. Los negros lucharon por tener los mismos derechos que los blancos y lo han logrado. Los blancos se sienten tan africanos y tan orgullosos de serlo como los negros. Las heridas aún no están cerradas del todo, pero a medida que el tiempo avanza el murmullo de los espíritus, le da paso a las nuevas oportunidades que algunos deciden aprovechar y otros no.
Sígueme en twitter: @futblanc
Comments
Post a Comment