Escribir para hacer una crónica sobre la final de la Euro 2012 seria “llover sobre mojado”. Hablar sobre el tiqui taca, el toqueteo, o el fútbol espectáculo que practica España, o de la historia que están escribiendo seria repetir lo que muchos medios de comunicación ya han dicho. Pero si quiero hacer hincapié en algo importante que nos dejo este torneo: La esperanza de que el catenaccio haya muerto en el futbol.
Muchos quisieran la historia que tiene Italia en este deporte, muchos países quisieran los títulos y los blasones que han hecho de Italia un capo del fútbol a nivel mundial, pero otros al revisar con detenimiento esa historia, nos encontraríamos con la influencia de aquella infame forma de jugar que alguna vez impuso un hombre llamado Helenio Herrera: El Catenaccio. Ojo, la impuso con aquel Inter de Milán de los 60’s, mas no la invento. Igual, lo importante es saber que a través de los años ese candado o cerrojo fue el que caracterizo y el que dio frutos por muchos años a Italia.
Hoy Italia enfrentando al mejor equipo del mundo salió a proponer, salió a tener la pelota, salió a querer jugar y a dejar jugar. Igual como lo hizo en el primer partido y en el cual estas mismas naciones igualaron 1-1 Italia no se encerró como lo hicieron el resto de rivales que enfrento España en su ruta a su tercera Eurocopa. Italia hoy le demostró a sus ancestros que puede jugar al fútbol de una manera diferente. Esta vez no lo lograron, pero si Cesare Prandelli y sus muchachos siguen juntos y la filosofía de proponer y jugar bien al futbol sigue como bandera, podremos decirle al Catenaccio y al señor Herrera: Descansen en paz. Por aquí: Ojala no vuelvan!
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